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Dimensión de responsabilidad social y derechos humanos

La responsabilidad social empresarial (RSE) hace referencia al compromiso voluntario de la alta dirección de una empresa para integrar en su gestión y gobierno asuntos primordiales de carácter social, medio ambiental y económico que resultan identificados a partir del diálogo con sus grupos de interés. La RSE parte del estricto cumplimiento de la ley y considera la rendición de cuentas y la mitigación de los impactos de operación como acciones esenciales para cada una de las prácticas desarrolladas a lo largo de su cadena de valor.

La RSE puede ayudar a mejorar la posición competitiva de la empresa al diferenciarla de otras que basan su estrategia de negocio en los asuntos de obligatorio cumplimiento, así como puede aportar a un mejor desempeño corporativo, a la reducción de costos, a la fidelidad con los clientes y a la mejoría de la reputación. En el posconflicto Colombia requiere de un sector empresarial que mueva al país hacia un proceso de desarrollo sostenible, el cual pueda brindar oportunidades a víctimas y excombatientes y respaldar al Estado en la implementación de los acuerdos de paz, como un requisito indispensable para la consolidación de la paz. Las empresas pueden aportar a la paz por medio de la RSE, puesto que esto les ayuda a incorporar en sus operaciones la debida diligencia de los derechos humanos, la transparencia en sus operaciones y mejorar el diálogo y establecer acuerdos con grupos de interés, incluyendo a la sociedad civil y el Estado.

Afectaciones del conflicto en la operación de las empresas

Cuando su funcionamiento tiene lugar en medio de un conflicto armado, es posible que las empresas corran riesgos de carácter económico y social. Sus inversiones pueden irse a pérdidas a causa de fenómenos asociados al conflicto, tales como la extorsión, el daño a infraestructura, el secuestro de empleados y las amenazas contra la vida, entre otros. Los riesgos sociales están principalmente relacionados con asuntos de percepción y reputación; en ocasiones, las empresas formaron parte de economías de guerra y con sus operaciones beneficiaron de manera directa o indirecta actividades ilegales –e incluso la violación de los derechos humanos–. Otras situaciones de riesgo se presentan en razón de las conflictividades con grupos sociales causadas por intereses políticos, de la dificultad de establecer diálogos con comunidades movidas por el miedo, o de un relacionamiento débil o viciado con los grupos de interés.

¿Cómo pueden las empresas contribuir a la construcción de paz desde la dimensión de responsabilidad social y derechos humanos?

Desde la dimensión de responsabilidad social y derechos humanos, las empresas pueden contribuir a la construcción de paz con iniciativas como:

  1. Articulación de las políticas de responsabilidad social con las propuestas del acuerdo de paz. De modo que el trabajo con la cadena de valor y el relacionamiento con comunidades no sea un ejercicio aislado de la empresa, sino que esté relacionado con su sector económico y con los planes de desarrollo territorial de las zonas de influencia. Para ello, se propone que las empresas participen activamente en iniciativas gremiales y lleven a cabo una planificación estratégica que suponga la revisión de la orientación, la cultura y los compromisos empresariales.

  2. Realización de análisis de riesgos en la operación.De manera que se reconozcan las posibles incidencias positivas y negativas de la actividad de la empresa relacionadas con los retos del posconflicto. Existen varias metodologías para evaluar el riesgo en cada uno de los puntos de la cadena de valor, lo cual facilita asegurar un comportamiento ético y responsable de todas las partes involucradas en la operación empresarial. Por ejemplo, es importante: monitorear y acompañar a las fuerzas de seguridad privada que son contratadas por la empresa para que operen con un enfoque preventivo frente a la seguridad de la infraestructura y la integridad de los colaboradores; exigir y vigilar que los proveedores o distribuidores no involucren a niños en sus actividades laborales; y procurar la contratación de mujeres y otros grupos poblacionales vulnerables (garantizando principios de equidad e inclusión), entre otras acciones.

  3. Utilización de una estrategia de relacionamiento con grupos de interés, en especial con las comunidades de la zona de influencia. En dichas poblaciones puede haber víctimas, desplazados, desmovilizados, minorías, miembros de las Fuerzas Armadas heridos en combate, etc. Cada uno de estos grupos tiene particularidades e intereses frente a la actividad de la empresa, así que es importante generar espacios de diálogo en los cuales se acuerden metas comunes y se determinen roles para lograr un trabajo conjunto y la apropiación de los procesos y resultados por la comunidad.

  4. Implementación de mecanismos de respeto por los derechos humanos. Se recomienda seguir la debida diligencia, que es la forma en que una empresa determina qué información necesita para comprender sus riesgos específicos relacionados con los derechos humanos en un momento determinado y en un contexto operacional dado, así como las medidas que necesita adoptar para evitarlos, mitigarlos o compensarlos, según sea el caso. Además, es importante seguir normas operativas y políticas voluntarias que rijan el comportamiento de las compañías de seguridad privadas.

  5. Implementación de medidas anticorrupción y rendición de cuentas. El comportamiento ético y transparente es un elemento relevante para hacer buen uso de los recursos públicos, para hacer realidad el desarrollo territorial y para prevenir conflictos relacionados con la gobernabilidad y el uso de los recursos. Esta acción va más allá de la participación del sector privado como socio estratégico del Estado; la acción resulta ser una conducta ejemplarizante que contribuye a la construcción de una identidad renovada del país, de sus empresas y comunidades, además de generar presión para la adopción de mejores prácticas en concursos y adjudicaciones de contratos públicos.



¿Por qué las acciones en materia de responsabilidad social y derechos humanos contribuyen a la construcción de paz?

Las acciones mencionadas construyen paz porque promueven mejorías en las prácticas empresariales y evitan el surgimiento de nuevos conflictos sociales. Por ejemplo, vigilar el buen comportamiento de la seguridad privada ante todos los grupos de interés o regirse a la debida diligencia en derechos humanos permite el fortalecimiento de las comunidades e impide la revictimización de aquellos que sufrieron a causa del conflicto.

El aseguramiento de buenas prácticas en la cadena de valor permite evaluar si las actividades de una empresa contribuyen a las causas del conflicto o si, por el contrario, generan las condiciones para la consolidación de la paz. En el marco del posconflicto surge la JEPW Especial para la Paz (JEP), que forma parte del sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, y aplica sobre todo para aquellos que formaron parte del conflicto armado de manera directa o indirecta. Un modo de contribuir a la paz es participando en procedimientos de reconocimiento de verdad y responsabilidad, de forma que se respalde el esclarecimiento de delitos y sean acatadas las disposiciones de la JEP luego de emitir conclusiones ante los tribunales.

Las acciones en contra de la corrupción y el fraude permiten la reconfiguración de una cultura de transparencia y se reflejan en las negociaciones con los diferentes grupos de interés, incluyendo a comunidades, proveedores, empleados, clientes y Estado. Esta situación beneficia la competitividad de la empresa, contribuye a la lucha contra las economías ilegales y hace al país más atractivo para atraer inversores extranjeros.