Marcha por la paz. Plaza de Bolívar (Bogotá)
@ungabrielmas

Dimensión tejido social y cultura de paz

La dimensión de tejido social pretende hacer frente a las afectaciones culturales y sociales que el conflicto armado causó en la población y en las comunidades; apela a la reconciliación como instrumento para facilitar la transformación pacífica del conflicto; requiere de la memoria histórica como herramienta para analizar, comprender y superar las causas de los enfrentamientos; y recurre a la cultura de paz como una estrategia que busca reducir la violencia en los comportamientos de las personas y mejorar la convivencia. La reconstrucción del tejido social permite la creación de nuevas narrativas frente a la identidad del país luego de la firma del acuerdo de paz.

Durante el periodo de posconflicto, resulta esencial que las comunidades fortalezcan sus redes de solidaridad y recuperen la confianza en el Estado y en sus conciudadanos; también que los excombatientes garanticen la no repetición de delitos de guerra y que las víctimas del conflicto sean reconocidas como tal y reparadas. Estas acciones pueden ser desempeñadas por todos los actores de la sociedad civil, el Estado y, por supuesto, la empresa privada.

¿Cuáles fueron las afectaciones del conflicto armado?

Las afectaciones del conflicto armado suceden en distintos ámbitos: i) en el individual, tiene repercusiones en la salud mental y en el proyecto de vida de cada persona, y causa dolor físico y sufrimiento emocional; ii) en el ámbito familiar, se da la imposición de asumir nuevos roles, la elaboración de duelos por secuestros, desapariciones o muertes, la desestructuración familiar y la exposición de sus miembros a situaciones generadoras de tensiones; iii) en los ámbitos social y comunitario, el conflicto deja profundas heridas, ya que obliga a las personas a convivir en entornos desconocidos, a sentir desarraigo y a separarse de sus seres queridos, se aumenta la percepción de amenaza, la polarización social y los cambios culturales.

La continua exposición a la violencia permite el predominio de conductas sociales que glorifican, idealizan o naturalizan el uso de la fuerza y la violencia para lograr los objetivos, o que ensalzan el desprecio y el desinterés por los demás. Esto se refleja en los colegios, los medios de comunicación, los barrios, las familias y en los modos de crianza y enseñanza, escenarios donde el uso de la violencia termina siendo cotidiano y normal.

En Colombia, la perpetuación de la violencia ha causado rupturas en las funciones sociales y ha deteriorado las redes de apoyo que permiten la generación de mecanismos de mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo comunitario. Esta pérdida de tejido social dificulta la vivencia de valores como la tolerancia, la confianza y el respeto, e impide la formulación de metas comunes y planes de acción.

¿Cómo pueden las empresas contribuir a la construcción de paz desde la dimensión de tejido social y cultura de paz?

Como actores con capital económico, humano y con incidencia política, las empresas pueden aportar a la construcción de la convivencia y de alternativas de solución a los problemas que enfrentan las comunidades, mediante actividades de reconciliación y el fomento de la cultura de paz en los ámbitos internos y externos de la operación empresarial. Entre otras temáticas, las empresas pueden trabajar en lo siguiente:

  1. Aporte a los procesos de rehabilitación, reintegración y reconciliación de todos los involucrados en el conflicto. Por ejemplo, apoyo a programas de formación y acompañamiento psicosocial para excombatientes y damnificados del conflicto; rehabilitación de víctimas y de miembros de las Fuerzas Armadas heridos en combate. Organizaciones como Reconciliación Colombia, la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR) y el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) son entidades que trabajan en pro de la reconstrucción del tejido social.

  2. Ayuda a la creación y divulgación de actividades de memoria histórica. Por ejemplo: la recopilación de material escrito o visual que documente los hechos violentos sucedidos y permita su análisis profundo; la elaboración colectiva de líneas del tiempo de las situaciones vividas; la evaluación del impacto de la guerra, la mirada al futuro y la reflexión sobre las causas de la tragedia; el financiamiento y la coproducción de documentales audiovisuales o escritos que den cuenta de los hechos violentos, la historia de vida de las víctimas y el contexto donde ocurrieron. El propósito de estas actividades es ayudar a entender cómo la guerra ha afectado a una gran diversidad de personas, y es importante que los trabajos en esta materia reúnan testimonios desde puntos de vista variados y que brinden espacios para que las víctimas proyecten su futuro individual y colectivo como sobrevivientes del conflicto.

  3. Promoción de la comprensión, la tolerancia y la solidaridad en los ámbitos de operación de la empresa, en busca de la eliminación de todas las formas de discriminación e intolerancia. Muchas empresas adelantan acciones que buscan: prevenir situaciones de discriminación; tomar medidas correctivas en caso de ser necesarias; sensibilizar al personal en valores de tolerancia y respeto a la diferencia; y establecer mecanismos claros y con garantías para recepción de denuncias.

  4. Establecer de manera concertada mecanismos de diálogo y resolución de conflictos con cada uno de los grupos de interés. Las partes involucradas en el conflicto pueden plantear las alternativas de solución, transformándolo en una oportunidad para el beneficio mutuo. Por ejemplo: la empresa puede proponer mesas de diálogo/concertación con sindicatos, equipos veedores y gerenciales por proyectos con comunidades; invitar a instituciones públicas para que las dificultades sean superadas a través de mecanismos alternativos de solución de conflictos como la mediación, el arbitraje y la conciliación. Es importante explorar, identificar y hacer uso de mecanismos comunitarios –si los hay–, tradicionales en la mayoría de comunidades, antes que imponer un modelo exógeno en la resolución de conflictos.



¿Por qué las acciones de la dimensión de tejido social y cultura de paz contribuyen a la construcción de paz?

El apoyo del sector empresarial a los procesos de paz, a las actividades de reconciliación y al saneamiento del tejido social evita el surgimiento de nuevos conflictos, mantiene o construye un ambiente pacífico y conciliador, y contribuye a la transformación de las realidades territoriales, que es un elemento esencial en la construcción de paz en Colombia.

La incorporación de una ética corporativa en cada uno de los eslabones de la cadena de suministro, incluyendo el reconocimiento de la diversidad, es un modo de contribuir a la cohesión comunitaria, una acción necesaria en la reconstrucción del tejido social en el posconflicto. Igualmente, el uso de mecanismos de resolución de conflictos ayuda a la buena convivencia, fomenta la cultura de paz y evita el surgimiento de acciones violentas, con lo cual también se aporta a la definición de la identidad de una nueva Colombia.

La ayuda de la empresa en temas de memoria histórica contribuye a la paz, porque mediante el contacto de la sociedad con las experiencias pasadas se permite el establecimiento de un consenso nacional y de un aprendizaje de lo vivido para consolidar el propósito de la no repetición.