Enfoque diferencial de la población prioritaria para el posconflicto

Ciclo Vital

Se refiere a la edad de los individuos, categorizada de la siguiente manera: niños y niñas son aquellas personas que tienen de 0 a 12 años; adolescentes tienen de 12 a 17 años cumplidos; adultos mayores tienen 60 años o más.

La empresa debería comprometerse mediante sus proyectos y acciones en la generación de mecanismos eficaces que permitan fortalecer entornos de cuidado y atención de los derechos fundamentales. Un ejemplo de ello es la manifestación explícita en los principios corporativos del respeto a los derechos del niño y del rechazo al trabajo infantil en la cadena de valor de la compañía. En el posconflicto, el posible incremento de la violencia y el surgimiento de nuevos grupos armados ilegales representan una amenaza directa contra los menores de edad. Por este motivo, se requieren acciones preventivas frente al reclutamiento forzado. La empresa como actor influyente en la sociedad puede contribuir con la identificación de riesgos para menores de edad y con el fomento de entornos seguros que rechacen con vehemencia comportamientos de violencia intrafamiliar y sexual. También, la empresa puede impulsar el fortalecimiento de redes familiares, comunitarias e institucionales que se orienten hacia la protección de la niñez; y dar estímulos a organizaciones que se ocupan de los derechos de los niños, de la difusión de la problemática del reclutamiento como herramienta de prevención, y de la pedagogía tanto para padres como para menores en riesgo.

En cuanto a los adultos mayores que fueron afectados por el conflicto armado –aunque es igualmente válido para el conjunto total de víctimas–, es recomendable apoyarlos con programas de acompañamiento médico y psicológico. Más aún, conviene considerar que los ancianos son actores fundamentales en procesos de reconstrucción de la memoria y en la recuperación del tejido social, por eso es necesario fomentar su participación activa en diálogos con comunidades en el contexto de relacionamiento con los grupos de interés.

Género

Hace referencia al reconocimiento de la existencia de personas con distintas orientaciones sexuales e identidades de género, dando prioridad a mujeres y a sectores LGBTI (lesbianas, gais, bisexuales, transexuales e intersexuales).

En la construcción de paz, se exige especial protección a las mujeres, considerando las condiciones de desigualdad histórica en que han vivido y su exposición a la violencia sexual, intrafamiliar, física y psicológica conexa o causada por las situaciones del conflicto armado.

También se ordena protección a los individuos de la población LGBTI, debido a la estigmatización, persecución y discriminación a las que han sido sometidos, lo cual los expone a riesgos particulares generados por los actores armados ilegales y agravados por la invisibilidad de dichas vejaciones ante la sociedad.

A través de sus prácticas, la empresa debe comprometerse con el respeto a los derechos de igualdad y rechazar todo tipo de discriminación de género o de orientación sexual; además, puede comprometerse con la transformación del estatus de las mujeres en la sociedad, a partir del fomento de prácticas que las fortalezcan y reconozcan sus necesidades en el marco del posconflicto.

La empresa puede expresar su compromiso en el código de ética y concretarlo en los mecanismos de convocatoria y contratación de personal; puede ponerse como objetivo la desaparición de la brecha salarial entre hombres y mujeres pertenecientes a poblaciones priorizadas; y puede garantizar la igualdad de condiciones laborales para víctimas y excombatientes en apoyo de sus procesos de reintegración económica y social, entre otras acciones.

Discapacidad

Las personas en condición de discapacidad son aquellas que viven una particular situación de fragilidad, debido a una deficiencia que las aqueja. De acuerdo con la naturaleza de la afectación, se distinguen seis categorías: i) visual, ii) auditiva, iii) motora, iv) cognitiva, v) mental y vi) múltiple. Las empresas deberían comprometerse con la inclusión de las personas en situación de discapacidad y, asimismo, brindar la protección que exige su condición de vulnerabilidad, todavía más si la discapacidad fue ocasionada por las dinámicas y los actores del conflicto armado.

Pertenencia Étnica

Un grupo étnico es aquel que se diferencia en el conjunto de la sociedad hegemónica por sus prácticas socioculturales, que pueden ser visibles a través de sus costumbres y tradiciones. En Colombia, se reconocen cuatro grupos étnicos, a saber: afrocolombianos o afrodescendientes, indígenas, raizales y rom.

Pueblos indígenas

Son personas que se autorreconocen como pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas (amerindias), formando parte de un grupo específico en la medida en que comparten su cosmovisión, sus costumbres, su lengua y sus códigos relacionales. Su tradición cultural es descendiente de los pueblos originarios que habitaban América antes de la Conquista y la colonización europea. Según el Departamento Nacional de Planeación – DNP, en Colombia se reconocen 90 pueblos indígenas.

Afrocolombiano o afrodescendiente

La población afrocolombiana o afrodescendiente se construye como un grupo étnico en la medida en que autorreconozca su ascendencia negro-africana. Las personas pertenecientes a esta población residen en todo el territorio nacional, ya sea en las cabeceras municipales o en las áreas dispersas, pero se concentran sobre todo en las grandes ciudades y sus áreas metropolitanas, en las dos costas colombianas, en el valle geográfico del río Cauca y en el valle del Patía. Algunos ejemplos de poblaciones afrocolombianas o afrodescendientes son los asentamientos étnico-territoriales con título de propiedad colectiva denominados “comunidades negras” por la Ley 70 o Ley de Negritudes, especialmente en el Pacífico colombiano, y la comunidad de San Basilio de Palenque en el Caribe.

Rom

Grupo étnico de tipo nómada, originario del norte de India, establecido desde la Conquista y la colonización europea en lo que hoy en día es Colombia. Se autorreconocen al mantener rasgos culturales que los diferencian de otros sectores de la sociedad como su idioma propio, llamado romaní o romanés, la ley gitana y la descendencia patrilineal organizada alrededor de clanes y linajes. Están concentrados especialmente en las ciudades de Cúcuta, Girón, Itagüí, Bogotá, Envigado, Duitama, Santa Marta, Cali, Sampués y Cartagena.

Raizales

El pueblo raizal del archipiélago de San Andrés y Providencia es un grupo étnico afrocolombiano o afrodescendiente, cuyas raíces culturales son afro-anglo-antillanas y cuyos integrantes mantienen una fuerte identidad caribeña. Por lo mismo, presenta una serie de prácticas socioculturales diferenciadas de otros grupos de la población afrocolombiana del continente, sobre todo a través del idioma y la religiosidad más de origen protestante. Utilizan el bandé como lengua propia.