Introducción

Luego de un conflicto armado de más de medio siglo, Colombia ha abierto una ventana que le brinda la posibilidad de hacer el tránsito hacia una sociedad que gestiona sus conflictos por la vía del diálogo y no de la violencia.

El Gobierno nacional ha culminado exitosamente un proceso de negociación con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - FARC y ha iniciado, aunque a paso lento, los diálogos de paz con el Ejército de Liberación Nacional - ELN. Si bien estos dos son hitos sin precedentes en la historia nacional a los cuales ha sido complejo llegar, la siguiente tarea para la sociedad colombiana representa un reto aún mayor: la implementación de los acuerdos con la insurgencia y la realización de las acciones necesarias para tener un posconflicto exitoso, lo cual requerirá de un esfuerzo mancomunado que ya no es exclusivo del Gobierno ni de los actores armados.

Si las negociaciones fueron el escenario para el protagonismo del Gobierno nacional y los grupos armados, el posconflicto plantea un escenario para que otros actores, como la sociedad civil y el sector empresarial, asuman un rol protagónico en la construcción de un mejor futuro para el país. A esto lo hemos denominado Democratización de la Paz y se trata de un paso fundamental para crecer como sociedad, pues los retos del posconflicto son tantos y tan complejos que el Estado por sí mismo no podrá darles respuesta satisfactoria.

El proceso de paz con las FARC ha encontrado en el país numerosos detractores, quienes no reconocen un ápice de legitimidad en las negociaciones con la insurgencia ni en los acuerdos pactados. Un alto grado de polarización se ha venido estableciendo en Colombia y esto tiene mucho que ver con quiénes son los protagonistas de la paz: un gobierno que ha asumido un costo político enorme por negociar con las guerrillas y unos actores armados que, para una gran parte de la población, desdibujaron sus pretensiones políticas al permitir y participar en la degradación de la guerra durante las últimas dos décadas. En este contexto, democratizar la paz significa entender que: i) la construcción de paz no es una tarea exclusiva de las partes negociadoras, sino de toda la sociedad colombiana, y ii) todos podemos aportar de distintas maneras a solucionar los retos del posconflicto, que pasan por la reconstrucción económica, social e institucional del Estado y de las comunidades en los territorios.

La Guía para construir paz desde el sector empresarial en Colombia es una brújula que busca orientar a aquellos empresarios que quieren explorar la posibilidad de desarrollar acciones que contribuyan a la superación del conflicto armado en el país. Está dirigida a tomadores de decisiones del mundo empresarial (empresas, fundaciones empresariales y gremios), y busca presentar de manera sencilla y concreta una realidad polifacética y compleja que enmarca la guerra vivida por el país. Aunque todo tipo de empresa puede aportar a la paz, las empresas medianas y grandes, por su capacidad y sus recursos, están llamadas a liderar el proceso y a integrar, entre otros actores, los negocios más pequeños, en especial Introducción aquellos que están a cargo de población vulnerable en razón del conflicto armado o que se llevan a cabo en los territorios que lo albergaron.

Los empresarios -sobre todo aquellos que han operado en medio del conflicto- conocen mejor que nadie las vicisitudes que este significó para generar riqueza. A pesar de estar lleno riquezas naturales, humanas y culturales, gran parte del territorio nacional aún se encuentra desconectada de los circuitos económicos nacionales e incluso de los regionales. El posconflicto abre una oportunidad importante para la expansión de los negocios en Colombia, claro está, pero también trae consigo una gran responsabilidad: hacer que estos negocios aporten efectivamente a la reconstrucción de las economías regionales y del tejido social de las comunidades locales, ambos afectados por la guerra. Para lograrlo, la Guía propone un enfoque que les muestra a los empresarios cómo pueden aportar a la paz desde diferentes dimensiones y acciones, señalando además que un prerrequisito de esto es contar con una gestión responsable y atenta a los derechos humanos.

En términos generales, los principales mensajes que la Guía envía al país son:

La Guía está estructurada alrededor de un modelo de construcción de paz desde el sector empresarial que, en el marco de esta iniciativa, ha sido elaborado por la Fundación Paz & Reconciliación. Los principales aportes del Modelo a literatura sobre el tema son:

Así mismo, la Guía tiene algunas características que vale la pena mencionar en este punto, para orientar de una mejor forma su lectura y comprensión:

a) Utiliza un enfoque visual y un formato intermedio, entre un trabajo puramente académico y una guía de difusión.

b) Cuenta con dos versiones: una impresa y otra digital. La versión impresa incluye los contenidos mínimos que el lector debe tener en cuenta a la hora de diseñar e implementar una iniciativa que contribuya efectivamente a la construcción de paz en Colombia; a su vez, la versión digital complementa la impresa con mayor información –ejemplos, cuadros, enlaces a otras páginas, etc.–, de manera que el empresario puede hacer una lectura tan profunda y detallada como la necesite.

c) Incluye dos rutas de lectura: una de creación de valor compartido y otra de creación de valor social. La primera –dada por una lectura completa de la Guía– le muestra al empresario cómo aportar a la paz y al mismo tiempo obtener mejoras en su posición competitiva; la segunda –dada por una lectura selectiva de los Módulos– le indica al empresario que quiere aportar a la paz qué hacer, en dónde, para quién y con quién, bajo la premisa de que los beneficios de la iniciativa estarán concentrados en los grupos a los que van dirigidos los esfuerzos y no en la empresa que los implementa.

La Fundación Paz & Reconciliación, con el apoyo de la Embajada del Reino Unido en Colombia, ha desarrollado esta Guía como una invitación al sector empresarial a participar en la construcción de un mejor país. A través de estas páginas queremos mostrar que las empresas son fundamentales en este momento histórico que vive Colombia. Hoy el mundo nos mira con unos ojos distintos a aquellos con que nos veía hace quince o veinte años. Ya no son las masacres, los desplazamientos y demás horrores de la guerra los que se llevan los titulares nacionales e internacionales; hoy por hoy Colombia brilla como un faro de esperanza en un mundo convulsionado por las guerras.

Durante décadas, el sector empresarial ha tenido que operar en medio del conflicto y para ello ha invertido grandes recursos para seguir trabajando en los territorios. Hoy planteamos un nuevo escenario, hoy invitamos a los empresarios a que le inviertan a la paz.